Estrategia y planificación comunes

Elaboración de objetivos claros: cada actor de una CMA tiene intereses y objetivos propios que pueden diferir de los demás. Por tanto, es fundamental acordar objetivos comunes y viables que tengan en cuenta tanto el beneficio común como el valor añadido individual de las partes involucradas.

 

Responsabilidad en pie de igualdad: las soluciones en una CMA se desarrollan de manera conjunta y las decisiones se toman entre los participantes en pie de igualdad. La colaboración implica compartir competencias, recursos y riesgos, así como asumir conjuntamente la responsabilidad, especialmente en la fase inicial.

 

Apoyo de alto nivel: el éxito de una CMA también depende del apoyo de actores externos influyentes. Este apoyo ayuda a mantener el impulso político, facilita la movilización de recursos públicos y privados e incrementa la influencia y la eficacia de la CMA.

Gestión de la cooperación

Incorporación de actores relevantes: La colaboración con actores de diversos ámbitos de la sociedad en una CMA sirve para integrar conocimientos especializados y competencias relevantes que permitan hallar soluciones eficaces a retos complejos. Es crucial identificar los recursos y conocimientos necesarios, así como los grupos directamente afectados, para poder alcanzar los objetivos, ya que la credibilidad y la capacidad de actuación de una CMA pueden verse afectadas si faltan actores importantes.

 

Trato apreciativo: asegurar un nivel mínimo de confianza entre las partes involucradas es esencial para el éxito de las CMA, y esta confianza se desarrolla con el tiempo a través de un trato mutuo apreciativo e igualitario. La comunicación constructiva, la fiabilidad y la transparencia son fundamentales para mantener la confianza, y las secretarías desempeñan un papel crucial al moderar la comunicación y detectar pérdidas de confianza.

 

«Lenguaje» común: las cooperaciones en CMA suponen un reto debido a las diferentes concepciones de los objetivos, los problemas y las condiciones organizativas de los participantes. Identificar y abordar conscientemente estas diferencias ayuda a conseguir una comprensión unificada del problema y una visión común, para lo cual es útil elaborar conjuntamente la visión, los objetivos y una estrategia.

Conducción y recursos

Secretaría neutral: las CMA requieren comunicación, coordinación y gestión de procesos, por lo que deben contar con una secretaría adecuada desde la fase de diseño hasta la de implementación. Es esencial que la secretaría actúe de forma neutral para generar credibilidad y que la estructura de gobernanza contemple unas normas claras.

 

Estructuras inclusivas y transparentes de conducción y toma de decisiones: Las CMA deben establecer estructuras y procesos de gobernanza transparentes que garanticen un acceso igualitario a la toma de decisiones. La dirección debe basarse en un diálogo respetuoso y de igualdad, que facilite el aprendizaje conjunto y la integración justa de intereses.

 

Dotación sostenible de recursos: las CMA requieren un gran volumen de recursos financieros y de personal, por lo que es crucial calcular los costes de las estructuras directivas y de gestión. Es importante verificar regularmente si el presupuesto es suficiente y evitar la dependencia excesiva de una única fuente de financiación, aclarando expectativas y obligaciones desde el principio.

Gestión de procesos

Orientación a resultados: la obtención de resultados medibles es crucial para el éxito de una cooperación. Es fundamental que los recursos empleados estén directamente relacionados con los resultados deseados.

 

Roles claros: en una CMA ideal, todos los participantes necesarios se involucrarán y cada socio aportará según sus habilidades y capacidades. Los roles y obligaciones deben estar claramente definidos y reflejados en un acuerdo por escrito.

 

Transparencia: una comunicación eficiente y permanente entre los socios y la secretaría fortalece la cooperación. La transparencia es esencial y los canales de comunicación deben ser accesibles para todos los participantes, para garantizar decisiones bien informadas y relaciones equitativas.

Seguimiento, evaluación y aprendizaje (MEL)

El seguimiento del proceso y de los resultados: permite a la CMA identificar rápidamente nuevas circunstancias y retos, y adaptar su estrategia. Es importante contar con mecanismos MEL transparentes y participativos que permitan comprobar si la CMA funciona adecuadamente y si se siguen los procesos establecidos.

 

Procesos de aprendizaje y desarrollo de capacidades: Las actividades de seguimiento y evaluación buscan extraer lecciones útiles de los éxitos y fracasos mediante procesos de aprendizaje participativo. El seguimiento y la evaluación respaldan el desarrollo de las capacidades necesarias en la CMA.

 

Comunicación externa: los informes sobre experiencias y resultados son importantes para los participantes, los donantes y la opinión pública, ya que hacen visibles los resultados y refuerzan el apoyo. La comunicación debe adaptarse al grupo destinatario: informes formales para los donantes e historias ilustrativas para el público general.

Contexto

Análisis del contexto: Es crucial realizar un análisis exhaustivo del contexto y evaluar las actividades de otros actores desde la fase de puesta en marcha. La colaboración con diferentes actores para reunir información relevante y desarrollar una comprensión compartida ayuda a evitar la duplicidad de estructuras y la fragmentación.

 

El intercambio de experiencias y la creación de redes con otras iniciativas: especialmente con otras CMA, beneficia a todos los participantes. Esto fomenta el aprendizaje mutuo y aumenta las posibilidades de lograr resultados transformadores, ya que los eventos relevantes ofrecen oportunidades para el conocimiento mutuo.

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